La Navidad y la Iglesia
Javier Sicilia Acabamos de celebrar la Navidad –el misterio del abajamiento de Dios, de su renuncia a la omnipotencia y al poder– en circunstancias que la niegan. Debajo de los ritos, de los relatos que hablan de un Dios vuelto carne y contingencia en la presencia de un niño pobre que nació fuera de su casa, en una gruta; debajo de los villancicos y de las liturgias que celebran esa pobre humildad, se acumulan el silencio de 30 mil muertos víctimas del sueño del dinero, el grito desgarrado de miles de familias cercenadas, el chillido de hombres y mujeres que se disputan el poder y sólo tienen imaginación para la violencia, el alarde de la crueldad y la vileza de criminales y fuerzas del orden, y el miedo de una ciudadanía expoliada y olvidada. La Iglesia, que custodia ese misterio y lo celebró en todos sus recintos, ha agregado al horror del país el encubrimiento fallido de sus sacerdotes pederastas, la defensa de la institución y de su moral so...