Caminos hacia Dios. Caminos hacia la felicidad, la plenitud y la vida plena


Georg Sporschill hace otra pregunta: ¿Qué pasos pueden darse en el camino hacia Dios? 

Nosotros hacemos la misma pregunta, pero adaptada para la mentalidad moderna y secular: ¿Qué pasos pueden darse en el camino hacia la vida, la libertad, la felicidad, la paz, la alegría, la autorrealización, la justicia, la plenitud, la amistad?

Y Carlo María Montini responde: 

En el caso de los jóvenes, tienen que preguntarse: 

"¿qué tarea se me ha confiado en la vida? ¿Qué debo y qué puedo hacer? Quien se pregunta de ese modo se convierte en colaborador de Dios en el mundo y sentirá que Dios lo necesita, lo sostiene y acompaña". 

El camino hacia Dios se debe planificar de la misma manera que subir a una alta montaña. Hay que entrenar con anterioridad. 

"Si lo único que hago es ver la televisión, si sólo estoy sentado constantemente frente a la computadora, los "músculos" del amor, de la imaginación y también de la relación con Dios se hacen cada vez más débiles. Creo que tenemos que hacer ejercicios. Tales ejercicios son oraciones, retiros, conversaciones y acciones de compromiso social. Quien lo hace se acerca a Dios. Quien lo hace notará más tarde que se convierte en interlocutor de Dios.

Otro paso en el camino hacia Dios debería ser vivir la propia misión en la vida. Convertirse en "misionero". Hay que aprender a regalar dicha a otras personas. Tenemos que aprender a desempeñar nuestras tareas de servicio. "¿Cómo podemos transmitir nuestra fe, nuestro idealismo, nuestra confianza, nuestro amor a otros que están enfermos, que están solos, que no saben amar?".

"Dar pasos en el camino hacia Dios puede significar también ir al encuentro de otra cultura, conocer otras religiones, aprender otra lengua, a fin de que, de ese modo, se difundan la comprensión y la paz".

"Por último, otro paso es contemplar. Cuando veo lo bello no puedo explicarlo, pero el asombro puede llevarme a Dios. Si entonces siento también que él no puede dejarme caer y que me fortalece cuando las cosas se ponen difíciles o cuando asumo tareas temerarias, él me sorprende una y otra vez. En el silencio, en la quietud, estando a la escucha, se llega muy cerca de Dios".

"También podemos pelear con Dios como Jacob, dudar y luchar como Job, sufrir tristeza como Jesús y sus amigas Martha y María. También esos son caminos que nos llevan a Dios".

Carlo María Montini y Georg Sponrschill, Coloquios nocturnos en Jerusalén, Ed. San Pablo, pp. 26-28

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