Dios danza para ti
José Alegre
Abad de
Poblet
02.05.12 |
09:46.
¡Danzad
donde quiera que estéis!
Yo soy el Señor de la danza.
Vuestra danza, la de todos vosotros, yo la dirigiré:
quienquiera que seáis, ¡entrad en la danza!
Yo soy el Señor de la danza.
Vuestra danza, la de todos vosotros, yo la dirigiré:
quienquiera que seáis, ¡entrad en la danza!
Yo danzaba
la mañana cuando nació el mundo,
yo danzaba rodeado de la luna, de las estrellas, del sol.
Yo descendí del cielo y dancé sobre la Tierra:
yo vine al mundo en Belén.
yo danzaba rodeado de la luna, de las estrellas, del sol.
Yo descendí del cielo y dancé sobre la Tierra:
yo vine al mundo en Belén.
Yo danzaba
para el escriba y para el fariseo:
ellos no han querido ni danzar ni seguirme.
Yo dancé para Santiago y dancé para Juan:
ellos me han seguido, ¡han entrado en la danza!
…
ellos no han querido ni danzar ni seguirme.
Yo dancé para Santiago y dancé para Juan:
ellos me han seguido, ¡han entrado en la danza!
…
Y yo viviré en vosotros, si vosotros vivís en mí:
porque yo soy la vida, la vida, y el Señor de la danza
porque yo soy la vida, la vida, y el Señor de la danza
(Sydney
Carter, poeta inglés)
Estos versos
me han recordado al profeta Sofonías: El Señor está en medio de ti.
Exultará por ti de alegría, te renovará mediante su amor; él danzará para ti
con gritos de alegría, como en los días de fiesta. (Sof 3,17)
Y en esta
línea de intimidad humana-divina pienso en los versos de santa Teresa de Avila:
Alma,
buscarte has en Mí,
y a Mí buscarme has en ti.
y a Mí buscarme has en ti.
Porque tú
eres mi aposento,
eres mi casa y mi morada,
y así llamo en cualquier tiempo,
si hallo en tu pensamiento
estar la puerta cerrada.
eres mi casa y mi morada,
y así llamo en cualquier tiempo,
si hallo en tu pensamiento
estar la puerta cerrada.
Poema,
Sagrada Escritura, Mística… textos que ponen de relieve la relación íntima
entre Dios y el hombre, lo humano y lo divino. Que no vienen sino a incidir
en las enseñanzas de los Padres de la Iglesia que hablan de la Encarnación como
el camino de la divinización del hombre. Como enseña el papa San León Magno.
Dios se humaniza, para que el hombre se divinice. También Guillermo de San
Thierry, discípulo de san Bernardo enseña en esta línea que “el hombre llega a
ser Dios”, pero lo que Dios es por naturaleza, el hombre viene a serlo por
gracia. Y en definitiva sería también la enseñanza de san Pablo: ¡Habéis
olvidado que sois templo de Dios, y que el espíritu de Dios habita en
vosotros?... (1Cor 3,16)
Pues sí, da
la impresión de que lo hemos olvidado. Estas enseñanzas ponen con fuerza de
relieve que Dios es amor, que está movido por un dinamismo de vida y de amor
que se nos escapa, evidentemente, pero además que simultáneamente pone de
relieve la dignidad y grandeza del hombre.
Hay un
parentesco muy fuerte entre Dios y su criatura. Y la revelación del proyecto de
Dios (cf Ef 1) viene a manifestarnos que Dios nos quiere meter, ya aquí en este
tiempo que nos da, en la dinámica de su misterio de amor, de su amor
trinitario. Incorporarnos a su misterio de amor.
Pero se
nos hace difícil danzar la danza del amor divino, y preferimos tener un Dios
lejano, inaccesible… y lo sustituimos por el poder, por un poder que dice
representar a Dios. Pero el poder no tiene la mirada del amor, y puede olvidar
la dignidad y la grandeza humanas. Por otro lado, un dinamismo de amor conlleva
vivir una relación sobre la base de un diálogo permanente de vida y de amor.
Esto requiere más tiempo. La lógica del poder es más rápida y expeditiva.
Pero nos tendríamos que preguntar si éste es el ritmo divino. O es un ritmo que
oprime, que restringe y empobrece la vida y el dinamismo del amor. La autoridad
debe ser, lo sugiere la misma palabra, engendradora de vida y de amor, o deja
de ser tal.
A veces
pienso que en esto de la lógica del poder y del amor pasa como con los padres
que ven una acción poco correcta del hijo, y su salida más rápida es decir: -no
hagas esto. Es pecado. Cuando lo más racional es conversar con el hijo y ayudar
a su educación moral, y que tendrá más en cuenta y respeto al desarrollo de su
naturaleza.
Y da
tristeza como lo que podría ser una fuente de relación cordial, de amistad, de
mutua ayuda para crecer en la vida espiritual, se convierte en motivo de
crispación de enfrentamiento. Y por esto camino tengo mis dudas de si llegamos
a encontrarnos con Dios, de si damos pie para que Dios emerja desde nuestro
espacio interior o lo hundamos tanto que al final no hagamos sino girar nuestra
vida en torno a nuevos ídolos.
Quizás el
ritmo de nuestro tiempo nos está pidiendo la sabiduría de un silencio de
escucha. A todos. A
los de arriba y a los abajo. Ya vemos que es posible conjugar el arriba y el
abajo. Dios es el primero en utilizar esta gramática.
http://blogs.periodistadigital.com/cartas-y-relatos.php/2012/05/02/p314787#more314787
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