La sentencia
Hugo Ávila
Gómez
En un juicio que duró un día, el viernes 22 de junio el congreso paraguayo destituyó a Fernando Lugo por "mal desempeño en sus funciones". Al
presidente de Paraguay le pasó lo mismo que al presidente mexicano Francisco I.
Madero.
Madero encabezó
en 1910 la lucha contra la dictadura de Porfirio Díaz. Derrotado el mal
gobierno, Madero fue electo presidente constitucional de México. Tuvo el cargo
de Primer Mandatario de la Nación, pero no pudo gobernar. Le ataron las manos
las viejas fuerzas autoritarias. Madero cayó víctima de un golpe de Estado
diseñado por los privilegiados en el porfiriato, por Victoriano Huerta y por la antigua
burocracia que Madero no supo o no pudo desarticular. El embajador del gobierno
de los Estados Unidos tuvo el cuidado de encargarse del control de calidad del
golpe de estado que mandó a la tumba al presidente Madero.
La Red de
Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad publica un comunicado en
donde explica cómo Fernando Lugo fue echado del poder con prepotencia, cinismo
y sin decoro. En 24 horas fue acusado, condenado y sentenciado a dejar el poder
al vicepresidente con quien siempre tuvo tensiones. La caída de Lugo se decidió
en el Congreso, donde la mayoría estaba incómoda con la idea de favorecer la fuerza consciente de los ciudadanos. La Corte Constitucional rechazó
los alegatos del Presidente electo hace cuatro años por la esperanza de democracia genuina.
El juicio
fue breve. Pero la sentencia era vieja. La destitución de Lugo había sido
dictada en 2009 en la embajada de Estados Unidos, según cables difundidos por
WikiLeaks.
Echaron del
gobierno a un hombre bueno, pero no podrán expulsar los sueños de libertad,
justicia y fraternidad.
Comentarios
Publicar un comentario