¿Qué nos queda en los pueblos?

--> 
Templo Parroquial de San Matías, Pinos, Zacatecas
http://www.panoramio.com/photo/60835992






Contemplación de Pinos, Zacatecas


Salimos a las seis y media de la mañana. Llegamos a Pinos a las doce y media del mediodía. A la primera persona que encontramos le hicimos la pregunta de rigor: ¿Qué hay para ver en este pueblo? Y nos contestó: Aquí no hay nada. Lo único antiguo es esta vieja pared del templo antiguo de San Matías.

A primera vista, nos decepcionó la arquitectura del centro histórico. Un trazo sin armonía, maltratado, descuidado. Era evidente la acción invasora que destruyó la herencia de construcción de tiempos pasados.

En la Presidencia Municipal, expusimos nuestro asunto. Íbamos a invitarlos a un encuentro cultural de los pueblos mágicos de Zacatecas. La más entusiasta en venir al Teul fue la síndico. Pero justo ese día, sábado 26 de abril, el principal grupo cultural del municipio se presentará en la comunidad de donde ella es originaria. En ausencia del presidente municipal, no nos pudieron resolver. El secretario de gobierno tocó el tema de la desatención que tuvieron las autoridades municipales el año pasado con el grupo artístico de Pinos que visitó el Teul. No se les ofreció de comer ni de cenar. Como pudimos, nos disculpamos. El Presidente Municipal del Teul ofreció que esta invitación era para compensar y que ahora serían tratados con todas las atenciones.

El Director de Turismo y el Secretario de Gobierno nos ofrecieron un recorrido por los atractivos del pueblo de Pinos. Al frente del edificio de la Presidencia Municipal se encuentra un amplio jardín principal. Con un kiosko donado por Porfirio Díaz al centro y rodeado de árboles y plantas de ornato. Jardín amplio, espacioso. La vista descansa con una sensación de libertad y de tranquilidad pueblerina.

Caminamos por la calle Tlaxcala, que está en remodelación. Existen recursos para reparar las calles, banquetas, ocultar los cables de teléfono y energía eléctrica y remozar todas las fachadas de esta calle, por donde se realiza en diciembre la famosa Fiesta de los Faroles. Misma que desemboca en el templo de Tlaxcala.

Este templo fue mi primera admiración. Un templo antiguo, dedicado a la Concepción de María. Templo indígena. Ubicado en el barrio de Tlaxcala, donde se asentaron los indígenas aliados de los españoles en la conquista de esta tierras, habitadas por naturales huachichiles, con fama de nómadas. Templo pequeño, pero hermoso. Al entrar se percibe una atmósfera de antigüedad y de espiritualidad indígena. Las paredes están pintadas con adornos añosos. De buen gusto. El techo del templo es azul claro, simulando el cielo, destino final de los cristianos y con motivos y adornos de aquellas época. Tiene dos cruceros. Signos de los brazos de la cruz. Dedicados a Jesús, uno y otro, a la Virgen María. Al fondo del altar, luce un retablo de madera, del siglo XVIII, con figuras del barroco. Manos indígenas sacaron estas formas de la naturaleza y compusieron estatuas del santoral católico: San Franciso, María, San José.

Está de visita al Virgen de los Dolores, vestida de morado y con cara de sufrimiento, cuya morada es el templo de San Matías, pero llega en procesión durante la Cuaresma, donde es colocada en el altar con siete pisos dedicados a los siete dolores de la Virgen María.

La sacristía es pequeña, modesta, austera, con tres gavetas antiguas casi vacías, con pocos ornamentos. Dos sotanas, una blanca y otra negra . Algunos cuadros cuelgan de la pared. Pero las paredes muestran varios clavos vacíos. Son clavos que antes guardaban pinturas que han sido retiradas quién sabe a donde.

En este templo se entra al pasado. Está bien conservado, respetando la esencia de la construcción indígena. El retablo barroco es maravilloso. La madera fue labrada con formas retorcidas, detalladas, magníficas. Una belleza. Quedé conmovido.

El templo de San Francisco también es modesto. Sin cruceros, pero con un altar. El altar mayor también cuanta con un hermoso retablo barroco. Testimonio de la devoción y la calidad artística de frailes, arquitectos y manos indígenas, que fueron las que pusieron al trabajo y el talento anónimos.

El Museo Comunitario IV Centenario es una muestra de que las comunidades y los grupos ciudadanos conscientes son el patrimonio vivo de los pueblos. Jesús Martínez Marín es el director del Museo Cuarto Centenario. Desde 1994, Jesús y un grupo de generosos ciudadanos pinenses, están realizando una heroica labor de conocimiento, rescate y difusión del patrimonio cultural de Pinos. Con escaso apoyo oficial, administran una casa antigua donde exhiben el pasado de Pinos, desde la prehistoria, pasando por el pasado prehispánico, la colonia, el porfiriato, la Revolución Mexicana y el legado minero de este antiguo Real de Minas. Tienen una amplia colección de fotografías que escanean y la devuelven a los respectivos dueños. La gente de la comunidad colabora de distintas maneras, en solidaridad con el esfuerzo de esta asociación de ciudadanos de Pinos que recrean el patrimonio cultural y natural, con mucho entusiasmo y constancia.

El templo parroquial de San Matías también es magnífico. Contiene un museo de arte sagrado impresionante. Existe una valiosísima colección de pinturas del siglo XVIII, elaboradas por Gabriel José de Ovalle, Francisco Martínez y Miguel Cabrera, pintores cuyo talento llegó a los principales templos y catedrales de la Nueva España. La belleza del fondo oscuro y el realismo edificante en los retratos de Cristos, vírgenes y santos. Además conservan hermosas custodias de oro de la época en que el mineral de Pinos producía oro en abundancia.

“Aquí no hay nada”. La mirada desatenta mira lo engañoso de la superficie, pero no es capaz de ver el corazón de la belleza de un pueblo. Así sigue habiendo mucha gente que afirma que en los pueblos no hay nada. Todo está en las ciudades. ¿Qué nos queda en los pueblos? En los pueblos nos queda la posibilidad de ver sin prisa y valorar las entrañas de las cosas, las personas, los edificios, las casas y los acontecimientos. En los pueblos nos queda la virtud de ver el mundo con la serenidad de la gente de más antes.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Se nos acumularon los recuerdos, por eso escribimos: José Barrera Castañeda

Así es mi pueblo, libro de fotos del Teul y escritura de Luis Sandoval Godoy

Tendrá el Teul un Plan de Desarrollo para el Centro Histórico