¿Cuál es tu vocación?
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Gerardo Miguel:
¡Qué difícil es elegir área propedéutico en sólo tres días! Te dan sólo tres días para escoger bachillerato. Tres días para decidir el área en que te desarrollarás los siguientes años, o buena parte de tu vida. ¡Qué paquetote! Y, lo peor, a esta edad. A los 17 ó 18 años, cuando el panorama de la propia vida no está muy claro que digamos. Apenas estás acostumbrándote a los cambios físicos y emocionales que te incomodan, cuando otra complicación viene enseguida: tener que elegir bachillerato o área propedéutica en la Escuela Preparatoria.
¿Qué es lo más importante en la vida? Tus compañeros dieron estas respuestas: dinero, tener salud, estudiar, prepararse para enfrentar la vida, amar y ser ser amados. Y yo agregué lo que aprendí de José Luis Martín Descalzo: lo más importante es descubrir cuál es tu meta en la vida. Lo fundamental es saber, querer, realizar, vivir y saborear lo que uno ama. Es importante repetirlo y decirlo pausadamente: saber lo que uno ama, querer lo que uno ama, realizar lo que uno ama, saborear lo que uno ama y vivir lo que uno ama. Eso es la vocación. La vocación es una estrella. Una estrella que brilla en nuestro interior. Y que, por desgracia, pocos distinguen esa estrella, pocos se dan cuenta que ahí está. “La estrella es tan clara/que no todo el mundo la ve” (Luis Rosales).
La estrella son cosas simples, que están a nuestro alcance. Y por pretender lo grande, a veces despreciamos lo sencillo. ¿Cuál es tu estrella, Gerardo Miguel? ¿Qué es lo que más te gusta en la vida? El futbol. En el futbol nunca te aburres. En el futbol eres el más feliz del mundo. Dentro de la cancha de futbol no te falta nada. El partido de futbol es el paraíso. Entonces, el futbol es una de tus estrellas. Pero puede haber más. ¿Por qué no las buscas? Si las encuentras, puedes ser el doble de feliz, o más.
¿Cuál es tu vocación? ¿Qué es lo que más te gusta en la vida? Me preguntó hace años mi maestra de tercero de Secundaria. El futbol, le respondí inmediatamente. “Qué tonto, esa no es una vocación. ¿A qué te quieres dedicar para vivir de eso?”.
La estrella es tan clara/que no todo el mundo la ve. Gerardo Miguel: a mí me dijeron que era una tontería emocionarse con el futbol, que eso no da para comer. A ti te apasiona también el futbol. ¿Te parece que es poca cosa tu afición al futbol? ¿Crees que sólo sea un pasatiempo de gente sin quehacer? ¿Qué otras estrellas brillan en tu interior para que las puedas combinar con el futbol? El futbol te puede dar muchas cosas. Además de ser el líder de la selección de futbol de la Prepa, este deporte te puede dar un destino y una profesión. ¿No te gustaría ser entrenador, auxiliar técnico, preparador físico, profesor de actividades deportivas y recreativas, instructor en un gimnasio, promotor del deporte en tu comunidad, comentarista deportivo, reportero de deportes?
Un alto porcentaje de personas vive y muere sin haber descubierto su vocación o sus vocaciones. Les parecieron demasiado simples sus estrellas interiores; o demasiado altas, que no se atrevieron a mirarlas y a dejarse orientar por ellas. La estrella de la vocación son cosas simples, tan simples que las pasamos de largo, en espera de que lleguen otras más deslumbrantes.
¿Qué tan simple es la vocación? Tan simple como amar el futbol, el aire libre, experimentar la alegría de convivir con niños o jóvenes, gozar con la ejecución de un instrumento musical, cuidar vacas, atender el rancho, iniciar un pequeño negocio, convivir con las demás personas, abrir y cerrar la llave de la red pública de agua potable, mantener la casa limpia, cortar el pelo, despachar en una tienda, pintar casas, hacer muebles de madera, fabricar ollas de barro, dirigir una oración, ayudar a mantener el orden, atender un herido, consolar a una persona triste, cambiar pañales, levantar una barda, techar una casa, manejar una camioneta, leer un libro, escribir una carta, etc.
Gerardo Miguel, tal vez te preguntes: ¿Por dónde empiezo para saber mi vocación? ¿Qué hago para escoger un área propedéutica aquí en la Prepa? Pregúntate qué es lo que amas, lo que más disfrutas, lo que te hace sentir bien, lo que puedes aportar a los demás. Entérate de lo que amas. Quiérelo. Realízalo. Saborealo. Vívelo con realismo y con ilusión, con una mezcla de sentido común y de pasión. Si tu vocación la vives con puro realismo, aprenderás a vivir a ras de tierra, con una existencia gris, mediocre y conformista. Si es pura ilusión, tu vocación te llevará a hacer castillos en el aire o a romperte la cabeza contra la realidad. Ilusión y realismo son los motores de la vocación. Ilusión y realismo juntos.
Eso que más gozas en la vida, eso que te da fuerza y ánimos, imagínalo en actividades, en profesiones. Donde puedas realizar tus pasiones. Haciendo qué cosas. Después, encuentra para esos tus mejores gustos un objeto de estudio, una carrera profesional, o un trabajo, o una empresa que tú pudieras levantar o trabajar en ella. Dale vida a tus sueños. Ubícalos en la realidad.
Gerardo Miguel: primero encuentra lo que más alegra tu corazón. Lucha por ello más tarde, siempre. Esa es la vocación, la estrella que dé fortaleza y brillo a tu vida.
La estrella es tan clara, que no todo el mundo la ve
Teul de González Ortega, Zac.,
20 de agosto de 2014
Gerardo Miguel:
¡Qué difícil es elegir área propedéutico en sólo tres días! Te dan sólo tres días para escoger bachillerato. Tres días para decidir el área en que te desarrollarás los siguientes años, o buena parte de tu vida. ¡Qué paquetote! Y, lo peor, a esta edad. A los 17 ó 18 años, cuando el panorama de la propia vida no está muy claro que digamos. Apenas estás acostumbrándote a los cambios físicos y emocionales que te incomodan, cuando otra complicación viene enseguida: tener que elegir bachillerato o área propedéutica en la Escuela Preparatoria.
¿Qué es lo más importante en la vida? Tus compañeros dieron estas respuestas: dinero, tener salud, estudiar, prepararse para enfrentar la vida, amar y ser ser amados. Y yo agregué lo que aprendí de José Luis Martín Descalzo: lo más importante es descubrir cuál es tu meta en la vida. Lo fundamental es saber, querer, realizar, vivir y saborear lo que uno ama. Es importante repetirlo y decirlo pausadamente: saber lo que uno ama, querer lo que uno ama, realizar lo que uno ama, saborear lo que uno ama y vivir lo que uno ama. Eso es la vocación. La vocación es una estrella. Una estrella que brilla en nuestro interior. Y que, por desgracia, pocos distinguen esa estrella, pocos se dan cuenta que ahí está. “La estrella es tan clara/que no todo el mundo la ve” (Luis Rosales).
La estrella son cosas simples, que están a nuestro alcance. Y por pretender lo grande, a veces despreciamos lo sencillo. ¿Cuál es tu estrella, Gerardo Miguel? ¿Qué es lo que más te gusta en la vida? El futbol. En el futbol nunca te aburres. En el futbol eres el más feliz del mundo. Dentro de la cancha de futbol no te falta nada. El partido de futbol es el paraíso. Entonces, el futbol es una de tus estrellas. Pero puede haber más. ¿Por qué no las buscas? Si las encuentras, puedes ser el doble de feliz, o más.
¿Cuál es tu vocación? ¿Qué es lo que más te gusta en la vida? Me preguntó hace años mi maestra de tercero de Secundaria. El futbol, le respondí inmediatamente. “Qué tonto, esa no es una vocación. ¿A qué te quieres dedicar para vivir de eso?”.
La estrella es tan clara/que no todo el mundo la ve. Gerardo Miguel: a mí me dijeron que era una tontería emocionarse con el futbol, que eso no da para comer. A ti te apasiona también el futbol. ¿Te parece que es poca cosa tu afición al futbol? ¿Crees que sólo sea un pasatiempo de gente sin quehacer? ¿Qué otras estrellas brillan en tu interior para que las puedas combinar con el futbol? El futbol te puede dar muchas cosas. Además de ser el líder de la selección de futbol de la Prepa, este deporte te puede dar un destino y una profesión. ¿No te gustaría ser entrenador, auxiliar técnico, preparador físico, profesor de actividades deportivas y recreativas, instructor en un gimnasio, promotor del deporte en tu comunidad, comentarista deportivo, reportero de deportes?
Un alto porcentaje de personas vive y muere sin haber descubierto su vocación o sus vocaciones. Les parecieron demasiado simples sus estrellas interiores; o demasiado altas, que no se atrevieron a mirarlas y a dejarse orientar por ellas. La estrella de la vocación son cosas simples, tan simples que las pasamos de largo, en espera de que lleguen otras más deslumbrantes.
¿Qué tan simple es la vocación? Tan simple como amar el futbol, el aire libre, experimentar la alegría de convivir con niños o jóvenes, gozar con la ejecución de un instrumento musical, cuidar vacas, atender el rancho, iniciar un pequeño negocio, convivir con las demás personas, abrir y cerrar la llave de la red pública de agua potable, mantener la casa limpia, cortar el pelo, despachar en una tienda, pintar casas, hacer muebles de madera, fabricar ollas de barro, dirigir una oración, ayudar a mantener el orden, atender un herido, consolar a una persona triste, cambiar pañales, levantar una barda, techar una casa, manejar una camioneta, leer un libro, escribir una carta, etc.
Gerardo Miguel, tal vez te preguntes: ¿Por dónde empiezo para saber mi vocación? ¿Qué hago para escoger un área propedéutica aquí en la Prepa? Pregúntate qué es lo que amas, lo que más disfrutas, lo que te hace sentir bien, lo que puedes aportar a los demás. Entérate de lo que amas. Quiérelo. Realízalo. Saborealo. Vívelo con realismo y con ilusión, con una mezcla de sentido común y de pasión. Si tu vocación la vives con puro realismo, aprenderás a vivir a ras de tierra, con una existencia gris, mediocre y conformista. Si es pura ilusión, tu vocación te llevará a hacer castillos en el aire o a romperte la cabeza contra la realidad. Ilusión y realismo son los motores de la vocación. Ilusión y realismo juntos.
Eso que más gozas en la vida, eso que te da fuerza y ánimos, imagínalo en actividades, en profesiones. Donde puedas realizar tus pasiones. Haciendo qué cosas. Después, encuentra para esos tus mejores gustos un objeto de estudio, una carrera profesional, o un trabajo, o una empresa que tú pudieras levantar o trabajar en ella. Dale vida a tus sueños. Ubícalos en la realidad.
Gerardo Miguel: primero encuentra lo que más alegra tu corazón. Lucha por ello más tarde, siempre. Esa es la vocación, la estrella que dé fortaleza y brillo a tu vida.
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