Confianza frente a las crisis de diferentes signos
¿Por qué, inmediatamente después de que cesaron los efectos del huracán Odile, la multidud se lanza a robar y saquear tiendas de autoservicio, tiendas y hasta casa habitación? ¿Qué revela este gesto desesperado de saquear y avorazarse en medio del infortunio causado por en fenómeno natural? ¿En qué nos cuestiona este hecho?
Gandhi decía que la violencia es el obrar ilícito. Es violencia el hecho de pensar, sentir, omitir o hacer donde alguien sale perjudicado. Y si algo caracteriza la realidad contemporánea de nuestro país, es la violencia. Violencia en todos los niveles, grados y ámbitos de la convivencia humana.
Distintas tendencias del mundo moderno nos han quitado la figura del padre, llegó a afirmar en sus escritos María Zambrano. La figura que pone orden y da confianza mediante el ejemplo, el amor y consejo razonable. Y sin la figura del padre amoroso, el corazón humano se afecta por una ausencia y queda vulnerable. Ante las inevitables dificultades de la vida, el corazón vacío reacciona con rencor y violencia.
La sociedad mexicana ha dejado de creer en los gobernantes, en los partidos políticos y en otras instituciones que pueden mantener en pie la buena convivencia y la paz en todo tipo de relaciones sociales. México es un país sin la figura paterna a gran escala.
Apenas antier martes, Leonardo DiCaprio, nombrado mensajero de paz para asuntos de cambio climático, dijo a la asamblea general de la ONU que el cambio climático es un asunto real que amenaza la sobrevivencia de la vida en la Tierra. Y suplicó enfrentar con valor y honestidad la amenaza a los ecosistemas que mantienen el derecho humano a tener aire y agua limpios. Es una obligación moral poner fin a los abusos de la gran industria que envenena el aire, los ríos y los océanos.
Lo mismo se puede decir para nuestros problemas de violencia. La sociedad mexicana está enferma de tanta violencia. Y, según el diagnóstico de María Zambrano, es necesario que las instituciones rectoras de la vida pública recobren su papel moral y jurídico de conducir con prudencia, sabiduría y firmeza ante quienes atentan contra el bien común.
Es tiempo de actuar con honestidad y valor. Es tiempo de crear una corriente de opinión pública que genere confianza para que cada vez haya más familias, organizaciones, centros de trabajo, centros de estudio, instituciones de todo tipo que vayan llenando el vacío dejado por una vida entregada a quehaceres y fines externos que hacen olvidar las cosas fundamentales de la vida.
Recordando las palabras de Leonardo DiCaprio, es un asunto humano y una obligación moral enfrentar las crisis de diferente signo que dañan a la humanidad. Podemos preguntarnos qué cosas están al alcance de nuestra voluntad. Llegará el día en que la modesta semilla de mostaza dé plantas y frutos que, junto a otras plantas y frutos, generen un bosque de iniciativas, propuestas y acciones donde disminuya la tristeza, la violencia y la desesperanza. Ese día, que puede ser hoy y todos los días, se respirará el aire limpio y fresco del bien querer y el buen vivir.
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